El presidente saliente del Congreso, José Bono, es un fascista con peluquín de vello púbico, más preocupado por su imagen personal y la conservación de su patrimonio que por los problemas de los ciudadanos. Su arrogancia, su estupidez, su vanidad, su estulticia, su paternalismo clasista y su imbecilidad han convertido a la Cámara Baja en un salón de peluquería para señoritas. El Congreso con Bono no ha sido más que el Parlamento de la Señorita Pepis.
En vez de preocuparse por aunar divergencias y posturas e intentar encontrar una solución a los problemas económicos de España se ha dedicado a malmeter y a apoltronarse y a enriquecerse aún más.
Bono da asco, ascazo y es un millonario que defiende la lucha de clases. Esos son los políticos reales, esos son los mierdas que nos dan lecciones y que desmantelan con su gilipollez el estado del bienestar.
Absolutamente